La tripulación rindió declaraciones ayer y otros ferrocarrileros señalan causas del por qué el número de muertos fue elevado
Prácticamente no ha habido ningún avance en las investigaciones tendientes a esclarecer las causas del descarrilamiento del tren bala ocurrido el domingo anterior y no será hasta que la Comisión Dictaminadora de Accidentes Ferroviarios de Ferrocarriles Nacionales de México concluya sus investigaciones cuando se podrá emitir un dictamen definitivo en torno a este trágico susceso, informó el agente del Ministerio Público Federal, Francisco Ladrón de Guevara.
Señaló asimismo que hasta el momento han sido identificados 26 cadáveres y sólo quedan seis sin identificar. Indicó también que los 99 hospitalizados se recuperan satisfactoriamente, a tal grado que algunos ya han sido dados de alta y se encuentran en sus hogares.
Asimismo mencionó que ayer presentaron su declaración los tripulantes del tren accidentado: Rogelio Ayón, maquinista; José Luis Velasco Rodríguez, conductor; Héctor Martínez; ayudante del maquinista; y los garroteros Yocupicio Angulo y Carlos Alatorre --el otro garrotero, Esteban López Sánchez, falleció en el accidente.
Los integrantes de la tripulación coincidieron en señalara que las causas del descarrilamiento fue un "golpe Cuatrapeado", es decir, un desnivelamiento de la vía ocasionado por erosión del terraplén, un clavo saliente o modificaciones en el clima, señaló Ladrón de Guevara.
Por su parte, el ayudante del maquinista señaló en entrevista que la causa principal de que hubiera habido tantos muertos fue que el convoy estaba integrado, en su mayoría por vagones de aluminio fabricados con técnica japonesa en ciudad Sahagún, Michoacán, y el resto -unos cuantos vagones- eran de acero.
Y como una prueba de su afirmación mencionó que las personas que fallecieron viajaban seguramente en los vagones de aluminio, ya que estos registraron más destrozos.
Asimismo indicó que el tren bala que se descarriló ya había sufrido varios percances en las últimas semanas, pero en aquellas ocasiones no hubo desgracias personales debido a que los convoyes estaban compuestos exclusivamente por vagones de acero.
Dijo también que otra de las causas de los fallecimientos fue la tardanza en recibir auxilio, a pesar de las llamadas por los aparatos de radio instalados en el tren. Y es que los helicópteros del Ferrocarril del Pacífico para este tipo de emergencia que debían estar en las estaciones de Mazatlán o Tepic habían sido trasladados a otro lugar, según dijo.
Por su parte, el Ferrocarril del Pacífico ratificó su disposición a pagar todos los gastos de inhumación de los cadáveres y de entregar a sus familiares una cantidad adicional de 100 mil pesos por concepto de seguro de vida.
Cabe señalar también que entre otros cadáveres ha sido posible identificar a Peter Joseph, originario de Estados Unidos, a los holandeses Houben de Matthis Jan y Edmund Biobb.
Por último, Ladrón de Guevara desmintió la versión de que fue sustraído el velocígrafo, y dijo que este se encuentra en poder de la Comisión Dictaminadora de Ferrocarriles Nacionales de México para analizarlo minuciosamente y establecer la velocidad del tren en el momento de que ocurrió el accidente.
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